lunes, 27 de septiembre de 2010
MARIONETAS EN LA CUERDA
miércoles, 22 de septiembre de 2010
FEMINISMO COMO AVANCE SOCIAL, NO COMO VENGANZA HISTORICA
Creo que nos estamos equivocando en la manera de entender el feminismo. Desde que nacieron las primeras reivindicaciones de las mujeres para ser reconocidas como ciudadanas y sujetos de los mismos derechos que los hombres se ha recorrido un camino en el que en un momento dado o en varios, se ha perdido de vista que el feminismo nació para ser un avance social, no una venganza histórica contra los hombres.
Reconocer, dejando por el momento a un lado la igualdad de derechos de ambos sexos, que existen unos papeles atribuidos histórica y culturalmente a las mujeres, unos arquetipos estrechos de “mujer” que limita la libertad de éstas; implica de manera proporcional y equitativa, el reconocimiento de que también existen unos roles para los hombres, un arquetipo de lo que significa ser hombre que de la misma manera les limita y coarta a ellos.
Pongamos un ejemplo: el inveterado mito sobre la “fuerza masculina”. El mito de que los hombres son más fuertes físicamente que las mujeres, entendiendo por esta “fuerza” el dominio y el control físico de los demás. Según lo veo , la socialización de los niños está influida y mediatizada por esta creencia y desde diferentes instancias y con diferentes métodos, incluida la presión social de sus propios compañeros de juego , se enseña a los niños a no ser “niñitas” y mucho menos “maricas”. Con diferentes estrategias se les hace desear ser fuertes y pobre de aquel que no lo es o que es más bajito que la media de sus compañeros de juegos… La presión social en este sentido que reciben desde pequeños los hombres no es cosa pequeña, ni inicua. El “coste de la masculinidad” a nivel personal es enorme. (Cooper Thompson habla de él en un artículo suyo incluido en el libro “ser hombre” publicado por Kairós. Asimismo puede que os interese “orgformen.org”, la página de The national organitazion for men que llevan Warren Farrell y Marty Nemko .)
El feminismo ha de beneficiar a todos, es pueril pretender que pueda o deba beneficiar solo a unas. Si queremos romper los obsoletos y degradantes roles de género, debemos cuestionarnos todos, no los de un solo género.