Una vez había un general tan harto de esperar un contraataque, que pensó introducir un táctica psicológica: organizó un banquete e invitó a su contrincante con el propósito de una tregua. Ahí estaban los dos generales enfrente uno del otro. El visitante comenzó acusando al general de usar técnicas de guerra desconocidas, según él, de acuerdo con el convenio de Ginebra esas técnicas eran ilegales. El general, a su turno, le contestó: recuerda que en esta guerra nadie va a ganar, el único propósito es mantener la guerra. El visitante le comentó que estaba jugando un juego sucio. Por su parte el general le replicó que su ataque era superficial y que su objetivo podía ser más sólido. El invitado indignado gritó: estás de broma ¿no?
El general notó que su técnica tenía efecto, asi que siguió con ella, y ejecutó el golpe final diciéndole: tu objetivo de ataque no puede estar más lejos de la fuente, El visitante perdió los estribos y explotó. Justo en ese momento un cabo que les servía champaña intentó bajar el tensión entre los dos generales : les voy a entretener un momento con una adivinaza que les va unir de uno u otro modo, y que al final les hará estar a los dos de acuerdo.
“Una vez un inventor filántropo vio a través de su ventana a una extranjera, una mujer con una bolsa sobre su espalda y sintió pena al verla con toda esta carga. Al siguiente día, a traves de la ventana vio a la señora de nuevo, pero esta vez con dos bolsas sobre su espalda, y él pensó que tenía que ayudar a esta persona a llevar su carga.
La mañana del día después el inventor estaba esperando a la señora, imaginando ilusionado lo contenta que la señora iba a ponerse con el regalo que iba a recibir . Al ver a la señora, el inventor se le acercó: soy el inventor del pueblo, también soy filántropo. Te he visto estos días pasando y me preguntaba qué es lo que estás cargando . La señora le contestó: estoy recogiendo las costumbres los valores, las tradiciones , etcétera, etcétera. Los humanos de hoy en día no conservan los principales pilares de la sociedad que tenemos, no respetan, por eso me dedico a recogerlos y conservarlos. El inventor le preguntó que qué le había hecho tomar ese compromiso y la mujer le contestó: el amor. Por conservar la sociedad que conozco y que es el único motivo de mi existencia en el mundo. La gente moderna suele llamarme conservadora, para mí es solo el amor. El inventor le dijo: pues tengo un regalo para ti. La señora, enfadada con el inventor contestó: Seguro que tú piensas que soy una mendiga, nuestra tradición nos impide tomar regalos. Pero, si no sabes lo que voy a regalarte. Es algo muy útil, mira, es un invento que acabo de hacer, se trata de una tecnología nueva que llamamos la rueda y que te permitirá cargar un peso superior al que normalmente podemos cargar. La señora le contestó: mis abuelas y tatarabuelas han hecho lo mismo que yo, y mis hijos también lo harán, es una costumbre cultural que tenemos que conservar y además somos duros de pelar ,nosotros estamos dispuestos a ir a la guerra y si hace falta morir, todo eso para conservar el sistema tal como está y como debería continuar.
Los dos generales al unísono dijeron: Eso no tiene ninguna gracia. El cabo les contesto, ves ya están bailando la misma melodía, fíjense un poquito más, y verán ustedes el mensaje entre líneas…
Kitty
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