construyendo, que construimos y alimentamos a cada instante con cada palabra, con cada pensamiento, con cada sentimiento y acción.
Personajes en un escenario de fantasia que reclaman a veces sutilmente, a veces a gritos ser alguien, tener una cuota de importancia, ser necesitados y queridos, buscados y respetados por los demás personajes.
Patéticos, trágicos, cómicos, no desperdiciamos la oportunidad de mantener viva nuestra historia personal, recordando en privado y en público continuamente quiénes fuimos y quiénes somos.
La mayor parte de nuestra energía se disipa en el intento de darnos importancia personal. Pero no hace falta que me creas, simplemente obsérvate y date cuenta de todos los esfuerzos que haces en esta dirección.
La vida es puro teatro. Así decía una famosa canción, pero los actores no deben ceñirse al guión si lo hubiera, todo consiste en hacer tuyo el personaje que te ha tocado. Y la única dirección a la que tendemos es la muerte, todo lo demás es un camino tan ambiguo como, irónicamente, la vida misma.
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