martes, 14 de julio de 2009

LIBERTAD III




Usamos habitualmente la palabra libertad con diferentes acepciones. A veces hablamos de libertad en el sentido físico, político, económico... o hablamos de "ser libre de" o de "ser libre para". De la misma manera usamos la palabra libertad para hablar de una "libertad psicológica", que nos llega cuando nos damos cuenta de que la mayoría de las creencias, ideas y puntos de vista en los que estamos nos han sido impuestos por la sociedad, etc. Sin olvidarnos de que la mayoría de las veces hacemos del concepto libertad un sinónimo de licencia total.

Sin embargo la forma suprema de libertad, la más rara, la más arriesgada, la más temida porque va a darte la total responsabilidad sobre ti mismo, para ser tu mismo, ese estado al que también llamamos libertad sólo lo alcanzan aquellos que se han dado cuenta de todos los juegos que nos atrapan.

Son libres porque se han hecho conscientes de que ni el pasado ni el futuro existen.

Se han liberado de las emociones y los pensamientos, porque han visto que éstos no tienen más sustancia que fantasmas de humo.

Son libres , ya que han comprendido las ilusiones a las que nos conduce el lenguaje.

Se liberan de los miedos y del miedo supremo: el miedo a la muerte.

Se han liberado de las dependencias que creamos con los que nos rodean, y ya no juegan a esclavizar ni a dominar o ser dominado.

Se han hecho libres de las cosas materiales, de la adicción al prestigio, a la autoimportancia y a la seguridad, del hábito de sufrir y dramatizar.

Se han quedado bailando en la existencia, sin tocar fondo, sin aferrarse a nada, se han convertido en seres conscientes, en seres humanos.





3 comentarios:

  1. Decía Lenin: "Libertad sí, ..(pero) ¿para qué?" Obviamente no soy leninista ni marxista.., pero creo que todo el mundo entendió en su momento a Lenin cuando dijo eso.

    Quiero decir: Una vez liberados de todas nuestras ataduras y apegos sociales e individuales ¿qué nos queda? ¿La conciencia de los apegos y los vicios de los demás? Pasamos en ese momento a ser "meros espectadores". No veo la libertad ahí o la veo muy reducida. Un espectador puede contar lo que ve, en todo caso, aunque de manera muy limitada, porque no lo vive. Pero un mero espectador no puede interrumpir en el escenario, sólo moverse entre sus butacas. En fin, es una forma de vivir, pero de ahí a decir que es la forma específica del "ser humano" va un trecho.

    Siento ser tan crítico. Muy bonito si fuera así, nos libraríamos de muchos males. Pero creo que no es ese el camino. Un saludo,

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  2. hola, robin, según se ve, tu espiritu critico te ha llevado a la siguiente cuestión fundamental que aparece una vez que te das cuenta de que has estás viviendo aprisionado y de que estas declinando tu libertad fundamental y la responsabilidad sobre tu vida, y esa cuestion es ¿libertad para qué?

    La libertad en si misma no es el objetivo , la libertad es una oportunidad, para ser tu mismo, para crear, para ser creativo. Esa creatividad puedes aplicarla a crear tu propia vida, a hacer de tu vida una creación propia, o puedes desarrollar talentos que nunca pudiste desarrollar. Tal vez te guste bailar, pero eres empleado de banca, o tal vez te gusta escribir y nunca pudiste hacerlo debido a tus grilletes...o puede que quieras crear más conciencia, más experiencia de la verdad.
    Esa es la parte positiva de la libertad, la que la completa.
    un saludo

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  3. Vamos a ver. En primer lugar yo no estoy viviendo aprisionado, ese es un juicio bastante aventurado que hacéis. Naturalmente tengo vicios.. y apegos y limitaciones a mi tiempo de ocio y de creatividad. Además también he tenido "grilletes", en eso aciertas por casualidad. Efectivamente, cuando se tienen grilletes el sentido de la libertad es claro: "¿libertad para qué?, pues para salir de la cárcel.." Pero esto no es muy común entre la gente. Tú generalizas en tu blog y yo también. Quiero decir con esto que hablamos para la mayoría común de la gente y esta mayoría común no suele tener grilletes; pero sí vicios, apegos, compromisos.. Mi espíritu crítico me lleva a advertir, por mi propia experiencia, que hay mucha gente que huye de todo tipo de compromisos y ataduras en pos de una libertad completa de movimientos y es ahí donde me paro. La libertad se da en el compromiso, no fuera de él, lográndola, buscándole un hueco, luchando. La conciencia de la que habláis parece más bien decir: "renuncia a la lucha contra las adversidades, salte del guión.." Y eso es lo que critico quizás con cierta hipocresía -que desvanezco en este momento-, pues yo mismo estoy más cerca de las butacas que del escenario real. Mi gran diferencia con vosotros es que mi objetivo es subir al escenario un día y morir allí. Me extraña que no le tengáis miedo a la muerte como parece que decís, no me cuadra. Yo sí le tengo y también al dolor (sobre todo moral) y es lo que quiero vencer. Pero todas esas cosas están en el escenario, donde compites con los demás, no fuera de él.

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